miércoles, 14 de abril de 2010

Como una anarquista revelándome contra mi propio cerebro


Y me sentí demasiado identificada, lo leía con ansiedad, me comí las páginas y mientras me dolía la panza, No sabés, todavía estoy un toque sacada, y te quería contar todo antes de que se me pasara. Me gusta eso, decir las cosas recién salidas del horno (y es por eso que te elijo para contarlo, estas cosas no se le pueden decir a cualquiera, y menos sin el filtro que otorga el paso del tiempo). La cuestión es que volví imaginando que me lo encontraba, que le daba el libro en la mano y que le decía todo: mirá, este soy yo, el del cuento. Soy tímida y me salió así, te lo vomité. No soy así con nadie pero es como soy ahora y bueno, ahí lo tenés, manejalo.

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